La OEA fue
organizada por Estados Unidos para servir a sus intereses como Estado
hegemónico en la región.
Las
naciones hispanoamericanas, las que a partir de 1800 se fueron independizando
de España, sintieron la necesidad de propiciar una integración, la que
garantizara sus independencias. A tal efecto, en 1826, Simón Bolívar convocó en
la ciudad de Panamá un Congreso el cual fracasó, cuyo objetivo era: la
colaboración política, económica, social y cultural de los países hispanos o
latinoamericanos, en la que también se contemplaba, resistir toda forma de
presión o penetración de España, Francia e Inglaterra para recuperar sus
ex-colonias, aspiración que posteriormente fue conocida como Panamericanismo.
La
idea original de integración propuesta por Bolívar fue retomada por el
Presidente Monroe de Estados Unidos, el cual la hizo evolucionar a favor de su país, basándose en lo que posteriormente se
conoció como Doctrina Monroe, mediante la cual los Estados Unidos se reservaban
(el derecho de proteger) las naciones latinoamericanas, de las presiones
extra-continentales que pudieran hacer España, Francia e Inglaterra contra las
ex-colonias españolas, luego de independizadas y convertidas en Estados
(supuestamente) libres y soberanos.
Las
diferencias existentes entre estos Estados latinoamericanos entre sí, y en
especial con Estados Unidos, dificultaron algunos intentos de organización; sin
embargo en 1890, Estados Unidos convocó una reunión en Washington a todos los Estados independientes existentes en
ese momento en el Continente Americano (ubicados en norte, centro, sub-américa
y el Caribe) excepto la República Dominicana.
En
1890, esta Primera Conferencia Internacional Panamericana dejó constituida la
“Unión Internacional de Repúblicas Americanas”, cuya secretaría permanente
fungía básicamente como una Oficina Comercial de Estados Unidos, coherente con
la función-misión implícita en la Doctrina Monroe. En 1910 esa organización se
convirtió en Unión Panamericana y se fue reglamentando en sucesivas conferencias
hasta convertirse en la reunión de Bogotá (el 30 de abril de 1948) y adoptar su
actual Carta constitutiva en lo que se denominó: la Organización de Estados
Americanos (OEA).
En
su origen, la OEA estaba constituida por
21 naciones; 19 hablaban español, una inglés (Estados Unidos) y la otra (Haití)
sus nacionales se comunicaban entre sí en creole (mientras una minoría habla
francés).
A
partir de 1967 y como respuesta a los eventos después de los acontecimientos de
1965 en la República Dominicana, se integraron a la OEA: En 1967 Barbados y
Trinidad-Tobago, en 1969 se integró Jamaica, en 1975 lo hizo Granada, en 1975
la República de Surinam (Guyana Holandesa), en 1979 Dominica y Santa Lucía, en
1981, Antigua-Barbuda y San Vicente-Granadina, en 1982 Bahamas, en 1984 San
Cristóbal y Nieves, en 1990 Canadá, 1991 Belice y la República Cooperativa de
Guyana (la Guyana Inglesa).
Es
oportuno señalar, que de los 14 nuevos Estados, países o naciones que
ingresaron a la OEA posteriormente: 13 formaban parte de la Mancomunidad
Británica y el otro de Holanda. De las 13 colonias (o ex-colonias), aunque
estos dicen ser democracias parlamentarias, en realidad son: partes de una
monarquía constitucional, cuyos gobernadores lo designa la Reina Isabel II, por
lo que no se comprende como pueden ser Estados independientes y dependientes a
la vez de Inglaterra , por lo que parecería que existe una contradicción en
ello. Entre estos nuevos Estados, hay 7 que en total suman 881,000 habitantes en
un área no mayor de 3,241 kms2 a
fines del 2011. El voto de cada uno de estos pequeños Estados vale igual a de Argentina,
Brasil, Colombia o México, lo cual no es
representativo ni democrático en relación a esas naciones. De esos 14 Estados
solo 2 parecerían ser realmente independientes: Trinidad-Tobago y la República
Cooperativa de Guyana. Con la supuesta independencia, esta última heredó un
problema fronterizo con Venezuela (pendiente de fallo) en la C.I.J., relativo a
las 2/3 partes de su territorio actual (el cual administra temporalmente esta
ex-colonia inglesa). Como puede apreciarse, la pérfida Albión sigue siendo
al día de hoy la pérfida Albión. Primero
invade después de 1810 ese territorio en Venezuela, y como tendría que defender
ese robo ante el Tribunal de La
Haya, le “concede la independencia” a su ex-colonia, incluyendo el territorio
apropiado indebidamente, tal como lo hizo con Belice y terminará haciendo lo
mismo con Las Malvinas.
Quienes
se pregunten: ¿Por qué Inglaterra y Estados Unidos proponen, y las 18
ex-colonias españolas aceptan como nuevos miembros de la OEA a esas ex-colonias
inglesas?, la respuesta podría ser la siguiente: Hasta 1948, la mayoría simple
(en la toma de decisiones) estaba constituida por el voto afirmativo de 11
Estados y la especial (de 2/3) con voto afirmativo de 14 Estados.
Lo
anterior significaba, que como a Estados
Unidos y a su madre patria (Inglaterra), les estaba resultando muy difícil imponer su voluntad en la OEA, a
las ex-colonias españolas, sobre todo
después de 1965, cuando la
relación era 20/1, (Brasil y
Haití incluidos).
De
manera que, al llevar el número de miembros en la OEA, de 21 a 35 Estados, la
mayoría simple se obtenía con 18 de 35 miembros; de las cuales 14 + 1 estaban
asegurados; y como la mayoría especial resultaba de 23 miembros, de los cuales
14 + 1 también seguían aseguradas, las votaciones deseadas resultaban más
fáciles de obtener.
Por
lo que, en caso de necesidad, era fácil comprar los votos que faltaren en el
futuro: sea a República Dominicana, que a Haití, Guatemala, Nicaragua, El Salvador,
Costa Rica, Panamá o Paraguay por ser las más débiles y pobres; lo
cual no significa que Colombia o Brasil o cualquier otra, no estuvieran también
dispuestos a vender sus votos a Estados Unidos, como demuestra la votación obtenida en 1965,
para justificar la 2da. Invasión en el siglo XX del Ejército de Estados Unidos
al territorio de República Dominicana, cuando los Estados miembros de la O.E.A.
eran solo 21, apoyaron a Estados Unidos en la creación de la FIP las siguientes
“naciones hermanas”: Argentina, Bolivia, Brasil, Costa Rica, Colombia, El
Salvador, Guatemala, Honduras, Haití, Nicaragua, Panamá, Paraguay, e
insólitamente, también el Estado agredido
la República Dominicana. La
República Dominicana no debía votar, pues el canciller Bonilla Artiles al
representar al gobierno del Triunvirato, que había sido destituido no debía votar, así como
tampoco el Canciller del nuevo gobierno ,que no había sido acreditado aun
en la OEA. Estados Unidos presiono para que autorizaran votar al Canciller inhabilitado
por los acontecimientos, para alcanzar así la mayoría de 2/3, necesaria para
legitimar la 2da. Invasión de Estados Unidos al territorio de República
Dominicana en 1965. La 1ra fue la de 1916. Mientras que Venezuela se abstuvo de
apoyar en 1965 la creación e
intervención de la FIP en el territorio de la República Dominicana. Votaron
contra esa Resolución: México, Chile, Ecuador, Perú y Uruguay.
En
1962, cuando la OEA, a solicitud de Estados Unidos decidió expulsar a Cuba de
esa Organización, votaron en apoyo de Estados Unidos: Argentina, Uruguay,
Paraguay, Venezuela, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, Haití, Nicaragua,
El Salvador, Guatemala y República Dominicana. Cuba votó en contra de esa Resolución,
mientras que Brasil, Chile, México Bolivia y Ecuador se abstuvieron. En la 1ra.
votación Haití se abstuvo, pero en la 2da. votación, a cambio de la aprobación
de un préstamo de Estados Unidos, cambió su posición y terminó apoyando a
Estados Unidos para expulsar a Cuba de la OEA.
En
pocas palabras, históricamente, así ha venido actuando la OEA, un organismo
desde su origen al servicio de Estados Unidos y ahora también de Inglaterra,
como sucedió en el caso de las Malvinas.
El
problema de Estados Unidos con los
Estados latinoamericano, no es lo que ellos pretendan que nosotros (los Estados
latinoamericanos) les aceptemos todo lo que proponen en la O.E.A. sino lo que
nosotros les toleramos que nos impongan. Parecería que todos o casi todos nuestros
gobiernos, están dispuestos y orgullosos de aceptar la voluntad del Estado que
propicia y financia las candidaturas de muchos de los que hoy han sido
“elegidos” presidentes y una vez elegidos, el Estado hegemónico les protegen
sus robos (botín que es compartido con el poder extranjero de muchas maneras) y
cuando los pueblos no soportan más y se rebelan, entonces el imperio sustituye sus
agentes encubiertos por otros iguales o peores y los protege en sus
territorios. De no hacerlo así, muy pocos de estos traidores estarían
dispuestos a asumir tales riesgos, por actuar
como agentes de Estados Unidos en contra de los sagrados intereses de
los países donde nacieron.
Naturalmente,
Estados Unidos como país que se apoya en la doble moral, está siempre dispuesto
a decir que defiende determinados principios y hacer en la práctica exactamente lo contrario. Dicen combatir la
corrupción, pero son ellos quienes la fomentan en su país y en los “países”·que
constituyen el patio trasero de su imperio económico y militar.
La
corrupción en los poderes del Estado de estas pseudo repúblicas latinoamericanas,
contaminan estos pueblos desde arriba
hacia abajo. No es posible eliminar la corrupción en los niveles medio y bajo
de las administraciones públicas en estos países, mientras quienes generen y
apoyen la corrupción, estén ocupando las principales direcciones políticas de
los poderes de los Estados en que fueron infiltrados, en las que también participan parientes cercanos y
amigos en estas irregularidades.
Si
hay corrupción en el Poder Ejecutivo esa corrupción se transfiere a los
ministros, funcionarios y empleados. Como actúen los presidentes actuarán sus
subalternos; lo mismo sucede en el mando militar que el policial, el Poder
Judicial, la Junta Central Electoral, los miembros de Congreso y en los
Municipios. De manera que mientras la corrupción se origine en los niveles más
altos de la Administración pública, es imposible controlarla en los niveles
medio y bajos de dicha administración,
la que se manifiesta de manera masiva, afectando todo el cuerpo social de la
nación, no solo en el sector público, sino que también se contaminaba el sector privado.
Si
la población se preguntara ¿Por qué no se elimina la corrupción en el país?, la
respuesta es`…. por una razón muy sencilla: quienes la imponen desde el
exterior saben: Que mientras más corruptos sean las autoridades de un país, más
fáciles les resultan controlarlos, para apropiarse de sus recursos no
renovables y/o endeudarlos de manera tal, que hasta para construir letrinas,
estos gobernadores de colonias deban recurrir a financiamientos externos, los
que luego deben pagar los pueblos, incluyendo la parte que no usan y se roban.
En
la OEA los votos se venden y se compran y si por una razón muy especial: caso
del Bloqueo económico a Cuba; y en la ONU se produce una votación de 190 a 3 contra Estados Unidos y a
favor de Cuba, el país agresor ignora como voten los demás países del mundo y continúa el
embargo. Ese ejercicio inútil para establecer mayorías y minorías en ONU, OEA y
CIJ entre otros, solo es aplicable a los
demás países , no significa nada para
Estados Unidos, Inglaterra e Israel, los que por excepción, se burlan de como
voten los demás Estados miembros de esas organizaciones y a eso le llaman una
verdadera democracia fundamentada en el Derecho Internacional.
Esos
países manipulan los pueblos a voluntad, les indican por quienes deben votar y por
quienes no deben hacerlo, inducen comprar lo que no es necesario, se les endeuda para controlarlos mejor, o se les bloquea para que no puedan desarrollarse, a eso se le llama ayuda humanitaria, y lo peor es, que muchas
personas lo creen, sea por ignorancia que por desinformación. En el mundo en que vivimos hoy, la verdad no debe ser conocida por las personas que son
explotadas por las multinacionales que controlan al resto de la humanidad, para
lo cual usan un ESTADO GENDARME, que agrede cualquier población, que según ellas,
ponga en peligro sus beneficios grupales de plutocracia mundial, incluyendo
sectores de clase media baja y baja en los Estados Unidos. Quienes así actúan
no se comportan como humanos, y si me
dijeran que son extraterrestres no me sorprendería. Y como los países
desarrollados están más interesados en
la extracción de minerales que en la producción agrícola, si no los detenemos a
tiempo van a destruir el Planeta, al que según Stephen Hawking no le queda
mucho tiempo.
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