viernes, 19 de febrero de 2010

CARTA ABIERTA A LOS INTELECTUALES Y PROFESIONALES HAITIANOS.

CARTA ABIERTA A LOS INTELECTUALES Y PROFESIONALES HAITIANOS.

Respuesta a los intelectuales y profesionales Haitianos, los que intimaron al Presidente Fernández y les pidieron explicaciones, sobre asuntos que le conciernen, en materia de relaciones dominico - haitianas, preservación de derechos humanos a inmigrantes haitianos ilegales en nuestro país y comprensión nuestra para que los ilegales que viven aquí, se beneficien de la seguridad y protección del Estado Dominicano y de sus instituciones.

Después de leer y releer la “carta abierta” que le enviará un grupo de Intelectuales y Profesionales haitianos al Presidente Fernández, confieso públicamente, que mientras más trato de entender el comportamiento del pueblo haitiano y de sus políticos e intelectuales, menos puedo comprender el razonamiento o la lógica empleada por ellos en sus relaciones con los dominicanos, especialmente cuando estas carecen de reciprocidad en sus planteamientos, entre lo que exigen y lo que deben estar dispuestos a ceder, sea que se trate del tema migratorio, que de la depredación del medio ambiente, o se relacionen con el Derecho de Soberanía que tiene el Estado dominicano sobre sus territorios, o la protección que le debemos garantizar a nuestros trabajadores, desplazados por ilegales haitianos en nuestro país, o el uso abusivo de nuestros sistemas de salud y educación que hace una población desprotegida en su país de origen, pero que reclama y exige en el nuestro, o en nuestras atípicas relaciones comerciales.

Se presentan como victimas en las violaciones de nuestras disposiciones legales, al tiempo que nos piden olvidarnos de los crímenes cometidos por sus soldados durante las invasiones del 1801, 1805, 1822 y durante las campañas militares de 1844 a 1856.

Hablan sobre relaciones armónicas entre haitianos y dominicanos y pasan por alto el hecho, de que ellos nunca han propiciado ese tipo de relaciones entre ambos países.

Por primera vez que yo recuerde, los Intelectuales Haitianos se declaran conscientes de regular el flujo migratorio hacia nuestro país, pero lo condicionan a que no sobrepase un límite manejable. En este sentido la pregunta obligada es ¿y quien determina ese límite manejable?, los haitianos o la comunidad internacional. Olvidan intencionalmente, que Las Convenciones Internacionales regulan los derechos de los inmigrantes legales en los países que estos son aceptados; naturalmente, en el caso de los emigrantes ilegales, una vez que estos son identificados y apresados, esas personas son deportadas a sus países de origen, en especial por aquellos países que se denominan “amigos de Haiti” y consecuentemente enemigos de la República Dominicana.

A los Intelectuales Haitianos que suscribieron la carta objeto de esta respuesta deseamos recordarles, que en 1938 fue firmada en la ciudad de Washington un “Acuerdo Bilateral” entre los Estados Haitiano y Dominicano, con la participación y presencia de Representantes de los gobiernos de Estados Unidos, Méjico y Cuba, a solicitud del gobierno haitiano, cuyo articulo No. 10, en sus numerales 1 y 2 establecían lo siguiente:
1. Que cada uno de dichos gobiernos adoptará las medidas necesarias para impedir que sus nacionales se introduzcan por las fronteras en el territorio del otro Estado, sin el correspondiente permiso de la autoridad competente de éste.
2. Que de conformidad con las buenas normas del Derecho Internacional, se procederá a la repatriación de los nacionales de cada Estado que se encuentren en el territorio del otro Estado, en violación de las leyes de éste, o que fueren declarados indeseables por las autoridades competentes del mismo.

De manera pues, que cuando deportamos ilegales haitianos, no solo nos apoyamos en nuestras disposiciones legales y constitucionales, sino también en ese acuerdo, cuyo objetivo primario fue: “El de impedir en lo porvenir toda posibilidad de nuevas dificultades entre Haiti y República Dominicana, para que no se repitieran los acontecimientos de 1937.

Suponemos que en su condición de Intelectuales Haitianos, ustedes no ignoran cuales fueron las recomendaciones que en 1948 les fueron hechas a los Presidentes de Haiti, por los 12 expertos norteamericanos solicitados por el gobierno Haitiano en 1947, para resolver el problema de la sobrepoblación en su país, así como también, los consecuentes y colaterales efectos negativos que resultarían de su implementación, la que daría origen a la inmigración ilegal hacia nuestro país.

Señores Intelectuales Haitianos, para los dominicanos resulta incomprensible, inaceptable, irracional y absurdo, el que ustedes al escribir, lo hagan para INTERPELAR al Presidente Fernández, a fin de que este ponga en marcha medidas destinadas a aliviar las tensiones actuales, tendente a favorecer una mejor comprensión entre los dominicanos (a los que por el momento les permitimos vivir en las tierras que nos pertenecen), y los haitianos que viven en esos territorios, actualmente (no importa su condición legal), para que estos últimos se puedan beneficiar de la seguridad (social, política y económica que ustedes han creado y nosotros no), así como de la protección del Estado y las Instituciones de su país” a estos ciudadanos haitianos, ignorando que una cosa es lo que pueda pensar y hacer el Presidente Fernández, y otra muy distinta, la que piensa la mayoría del pueblo dominicano, en relación a los emigrantes ilegales que se encuentran en nuestro país.

Nosotros (Intelectuales Haitianos) dice su carta al Presidente Fernández: le “invitamos”(para no decir les ordenamos), a reactivar con el Ejecutivo Haitiano, los mecanismos binacionales de cooperación, para colocar serenamente en agenda, todos los problemas y contiendas no tratadas entre ambos países (mecanismos que nosotros exigimos cumplir, pero que históricamente nunca hemos cumplido ni cumpliremos). Dicha acción permitirá evitar la reproducción de actos infelices (como la de 1937), relacionado con un pasado que tanto los haitianos como los dominicanos nos conviene olvidar (porque así lo desea el Imperio), para facilitarnos construir un presente favorable a nuestros planes, a fin de poder prepararlos en el futuro para la anexión, - (vía la fusión), pues aunque ustedes no la desean, eso va, en cuestión de tiempo.

De manera que no sean hipócritas señores Intelectuales y Profesionales haitianos, los párrafos de ese documento ofensivo tienen los significados descodificados en esta respuesta, y reflejan el verdadero sentir “encubierto” de esa carta infame, dirigida a un Presidente que los ha tratado como ustedes no se merecen, siempre preocupado y presionando la comunidad internacional para que asuma sus responsabilidades y compromisos con la nación haitiana. Un Presidente que es cuestionado internamente por muchos dominicanos, por las posiciones asumidas a favor de un Estado y una Nación, la que históricamente nos ha tratado como un país enemigo. A verdad sabida y buena fé guardada, el Presidente Fernández no es merecedor de ese tipo de agresión, sobre todo por nacionales de un Estado Fallido, como lo es el Estado Haitiano, que ni con la ayuda de Naciones Unidas ha sido capaz de reaccionar a favor de su desarrollo, sino que insiste en agredir a los dominicanos, (como siempre ha hecho), porque a ustedes la envidia no le permite agradecer el tratamiento inmerecido que reciben absurdamente de nuestras autoridades en su condición de haitianos ilegales en nuestro país, ni de los beneficios que ustedes encuentran en el nuestro a expensas de nuestros ciudadanos.



Luis Ventura S.
Presidente Asociación Nacional de Electores.

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