viernes, 19 de febrero de 2010

LA CONSTRUCCION DE MUROS ENTRE LAS NACIONES EVITA LAS AGRESIONES DE TODO TIPO.

LA CONSTRUCCION DE MUROS ENTRE LAS NACIONES EVITA LAS AGRESIONES DE TODO TIPO.


En derecho internacional “la agresión” es el ataque perpetrado por un Estado contra la integridad o la independencia de otro Estado.

Históricamente la República Dominicana ha sido agredida por Haiti, tanto militarmente, como en la integridad de su cultura y tradiciones, debido al trafico de ilegales haitianos que ese Estado promueve, como parte del proyecto nacional de controlar mediante una mayoría mecánica étnica los territorios de la parte oriental, con el apoyo de los Estados Unidos y de otras naciones, las que se hacen llamar amigos de Haiti.

Cuando una nación se siente amenazada por otra, por lo general trata de resolver el problema construyendo muros. Los Romanos construyeron muros en Romania y Bretaña para protegerse de las Tribus Bárbaras, los chinos lo hicieron para detener las invasiones de los Mogoles; terminada la segunda guerra mundial, los rusos y las autoridades de Alemania Oriental construyeron el muro de Berlín; los norteamericanos están haciendo actualmente un muro de miles de kilómetros para detener las inmigraciones de ilegales mejicanos y latinoamericanos; los judíos para controlar y aislar a los palestinos de los territorios ocupados después de 1963, y en tiempos de guerra fría, occidente se inventó la “Cortina de Hierro” para frenar la penetración de la ideología comunista de la URSS en Europa Occidental.

Hace unos días, al leer el periódico La Información del 11 de Enero 2010 (pag 5-A), vi una foto de un muro en construcción en la margen occidental del Río Masacre, entre Dajabón y Juana Méndez, la que muestra como las autoridades Haitianas, en el área de Dajabón también están construyendo, mas que un muro una verja de malla ciclónica, para evitar que los haitianos compren productos agropecuarios e industriales en la ciudad de Dajabón, y los puedan introducir en Haiti, sin pagar los impuestos correspondientes.

A mediados del año 2006 se me ocurrió escribir sugiriendo: Que los dominicanos, para protegernos de la emigración ilegal de haitianos, debíamos construir una verja electrificada, la que pudiera ser inspeccionada constantemente por el ejercito dominicano, para lo cual recomendé ampliar la trocha de servidumbre convenida en el Tratado de 1929 en la Carretera Internacional, extendiendo esa trocha en la línea de división fronteriza hasta Pepillo Salcedo y Pedernales, trocha ésta, la que también deberían construir de su lado los haitianos (si así lo desearen), para protegerse de los dominicanos. Está por demás decir que el mejor comentario que recibí de la jauría pro – haitiana en el país fue, de que yo estaba loco, y de que ésa era una manifestación más de racismo contra el pueblo haitiano.

El hecho de que el gobierno haitiano haya autorizado el levantamiento de esta verja para facilitar el cobro de impuestos de importación sobre bienes de producción dominicana, comprados en nuestro país e ingresados al territorio haitiano por el área de Dajabón sin pagar impuestos, me da la oportunidad de volver a replanear a nuestras autoridades, la necesidad y conveniencia de levantar un muro de 391 kilómetros entre Haiti y República Dominicana, de manera que a ambos países le sea posible controlar (desde y hacía uno u otro Estado), el transito de personas, bienes y servicios entre ambas naciones, incluyendo el control de drogas, armas y/o tráfico de personas (haitianos, dominicanos o de otras nacionalidades).

Los Estados haitiano y dominicano, deben respetar los términos y condiciones que hicieron posible la división territorial de 1929 entre ambas naciones, y su protocolo de Revisión de 1936, dejando definido para futuro de manera precisa, los pasos fronterizos autorizados para el transito de personas y bienes de manera legal entre ambas naciones. Ahora bien, independientemente de los acuerdos que nuestro país pueda firmar con las autoridades haitianas, el muro y/o verja electrificada cuya construcción recomiendo, lo deben hacer las autoridades dominicanas, en territorio dominicano y más allá de los 30 metros de la línea de división fronteriza, convenida, suscrita y acordada con las autoridades haitianas en 1929 y 1936 en los 47 Km. de la Carretera Internacional.

La propuesta de levantar cuanto antes este muro, es tan valida hoy como ayer, y no es hecha por un racista antihaitiano, sino por un dominicano que ama su país y desea preservar sus costumbres y tradiciones. Ni mejores ni peores que las haitianas, pero nuestras.

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